Esta opción ya se valoró en el Plan Municipal de 2000, pero no ha sido hasta ahora, cuando se vislumbra un horizonte de posibilidades para que se lleve a cabo. Desde Urbanismo explican que ha habido otras obras de gran inversión que acometer en estos últimos años en Pamplona-Iruñea, como las galerías del casco viejo, la reorganización de gran parte de la Milagrosa o la construcción de varios Civivox, que han hecho posponer esta iniciativa. Explica Echeverría que «la ciudad no solo demanda problemas en unos puntos, hay problemas globales en toda la ciudad que hay que ir resolviendo«.
El contexto favorable mencionado pone su punto de atención en el PSIS de Echavacoiz, cuya reforma está en tramitación, y contempla una actuación en el puente del ferrocarril (ámbito II) que hay antes de la entrada del barrio Sanduzelai.
Desde Urbanismo quieren solicitar que esa prolongación de la zona de la Avenida Navarra llegue hasta la propia rotonda y que no se quede a 20 metros como constaba hasta ahora. En ese caso, los costes de ese soterramiento podrían ir a las cargas de urbanización del PSIS y serían pagados con cuotas de los propietarios del polígono, sin que al Ayuntamiento de Pamplona le costará nada. Esta negociación se realizaría con Gobierno de Navarra.
Echeverría también ha confirmado que sumergir el tráfico de la avenida de San Jorge (eje este-oeste) es una medida errónea y la descartan porque supondría una «tajada» de 300 metros al barrio en la que no podrían dibujarse pasos de peatones en los 200 metros anteriores y posteriores a los tramos de carretera hundida. Sin embargo, desde Urbanismo han planteando una solución para descongestionar el tráfico del nudo de San Jorge. Tras la firma del plan de conjunto Elizpea con el Ayuntamiento de Barañain, se prevé conectar la rotonda de la agrupación deportiva de San Juan con una rotonda enorme que se va a construir en el cruce con la salida de Miluze y esto, según apunta Echeverría, «aliviará mucho el tráfico en esa zona (Sanduzelai)».
Hasta que eso ocurra, se van a comenzar a realizar una serie de medidas para resolver los problemas de accesibilidad peatonal. Estas acciones entran dentro de una estrategia llamada urbanismo táctico que consiste en una serie de «pruebas» para evitar una inversión precipitada. «Primero se instala algo de mobiliario o se utiliza pintura en el suelo y si funciona se comienzan las obras en esa dirección», explica el concejal regionalista. En esta línea, proponen unos «pasos de cebra que se van a construir inminentemente en todas las esquinas del cruce para acercar la circulación peatonal al borde de la rotonda. Los pasos de cebra serían semaforizados para evitar que haya accidentes o atropellos«.
El edil de Urbanismo explica también que estas soluciones tácticas también se han llevado a cabo en otras zonas de la ciudad, como en la urbanización de La Milagrosa y la peatonalización del primer ensanche, por ejemplo. Si lo solicitasen, podrían recibir subvención de Europa por considerarse obras destinadas a la amabilización urbana, pero esto supondría esperar un tiempo indefinido a los presupuesto necesarios y, según Echeverría, consideran que debe de actuarse de inmediato.
Un barrio unido
Esta inmediatez la exige un barrio que ha dicho basta. Sanduzelai lleva años solicitando una alternativa a los pasos subterráneos que se construyeron para que los peatones sortearan el tráfico que entra y sale de la ciudad. Se trata de unas galerías subterráneas que tienen unas pendientes que obstaculizan y dificultan la movilidad diaria de sus habitantes más mayores y de las personas con problemas motrices.
En este contexto, surgió hace tiempo ¡SOTERRAMIENTO YA! – KOMPONBIDEA ORAIN! como núcleo de reivindicación ante una problemática evidente. Actualmente, se compone de 30 vecinos que han conseguido el apoyo de todo un barrio que persigue un mismo fin, unir las 4 partes en las que quedan divididos debido al cruce perpendicular de las avenidas Navarra y San Jorge.
La Plazuela ha estado hablando in situ con Mariángeles, una de sus integrantes, que nos ha mostrado toda la problemática que ocasiona este cruce de caminos. Tráfico, ruido, contaminación; por una parte, y división por otra. La zona que alberga servicios como supermercado, banco y médico está separada de las otras zonas más residenciales, lo que obliga a la población de estas zonas a transitar por la red de galerías subterráneas diariamente.
Las declaraciones, sofocadas, de las personas que hemos encontrado cruzando de un lado a otro, piden una solución para no tener que subir las cuestas empinadas que ascienden del fondo de los pasadizos a la acera. Arrastrar los carros pesados de la compra para salvar el desnivel es un reto para estas personas de avanzada edad. Recogemos el testimonio de una vecina que se desplaza en una silla de ruedas motorizada y nos asegura que está obligada a utilizarla porque si no, para ir de su casa a la caja de ahorros se demora hora y media.
Desde la plataforma insisten en que se sienten abandonados y no han recibido bien la noticia de la instalación de los pasos de cebra. Consideran que es «una tirita que no cura la herida». A varias de las personas que preguntamos, les preocupa que los semáforos no duren el suficiente tiempo en verde como para cruzar cómodamente. Además recuerdan que el resto de problemas no se solucionan.
Enumeran un gran número de inconvenientes derivados de los 40.000 coches diarios que han demostrado que cruzan diariamente entre sus casas. Desde el Ayuntamiento, en un principio se había dado la cifra de 14.000, pero unas grabaciones que han realizado verifican que la cantidad se cuatriplica, nos asegura Mariángeles. Esto es mucho tráfico, y aseguran que con esta cantidad de vehículos circulando bajo sus ventanas no pueden ventilar sus casas por la contaminación y tampoco es posible tener en verano la ventana abierta ya que el ruido es insoportable.
Han convocado manifestaciones en las que todo el barrio se implica porque todos están concienciados con la necesidad de un cambio. Desde la agrupación defienden un soterramiento de los dos carriles que crucifican su día a día, lo que permitiría construir un paseo o una plazuela en la superficie, por donde ahora pasan miles y miles de vehículos. En estas movilizaciones acuden personas de todas las edades y portan globos amarillos y banderolas con el logo de la plataforma. Desde la calle, piden que se cumpla lo prometido en el plan municipal y que se les escuche. Necesitan mejorar la calidad de vida de barrio.
Los vecinos nos trasmiten que San Jorge no va a conformarse con las tácticas urbanísticas paliativas del Ayuntamiento. Lo que está claro y constatado por La Plazuela es el ruido constante generado por el tráfico de vehículos a motor, el humo percibido en las inmediaciones de estas carreteras y la dificultad que entrañan las cuestas para una población cada vez más mayor, que no tiene otra alternativa que caminar diariamente por ese itinerario. La separación ocasionada por el cruce de Sanduzelai está uniendo a un barrio en busca de una solución.
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